Esta bonita ventana nos saludó en el lugar de aparcamiento y me gustó tanto que la coloco en primer término.
El monasterio del Salvador, que data del siglo XI, resulta imponente, cuenta con un atrio espectacular y se puede pasear en sus alrededores por unos jardines que mantienen una piscifactoría, evidentemente de fecha más reciente.
Nos festejaron en la cafetería donde comimos con unas riquísimas cerezas, por lo visto especialidad de la zona. Un must.
Monasterio parte trasera |