martes, 17 de noviembre de 2009

Sabiduría infantil



Esta perla me la transmitió un familiar hablando de su hija pequeña. Un día se le acerca ésta con cara bondadosa y le pregunta: "Papá, ¿a que donde hay amor verdadero no cabe un no por respuesta?". "Mmm... Claro, hija". Y la nena, se gira entonces rápidamente hacia su hermana mayor gritándole: "¿Lo ves? ¡A JUGAAAR!".

Como era de esperar, la interpelada decidió no unirse al juego. Esto del amor verdadero ya se ve que tiene muchos matices.

martes, 10 de noviembre de 2009

Si no puedes con ellos, únete a ellos


Es lo que debieron de pensar los dueños de esta farmacia del Casco Viejo de Pamplona. Y es que nada como contratar a un grafitero para disuadir a sus colegas de que pinten sin permiso.
Casualidad que pasaba por allí en ese mismo instante y no pude resistirme a inmortalizar el evento.
A día de hoy creo que sigue igual de florido, pero no podría asegurarlo pues siempre paso en su horario de apertura.
Un saludo otoñal.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Una exposición para comérselas mejor...

Hola, no podía faltar testimonio del famoso primer bodegón de manzanas que ha participado en una exposición de los alumnos del taller de pintura. Y que acabará esta misma semana sin que nadie haya hecho ademán de querer comprar ningún tablex que valga. "Nadie" se lo pierde. Ja.
Qué puedo decir... que me emocionó que el pintor, aquél de "pero qué mal pintáis, ¡pero qué mal!" -que enseñaba a hacer retratos- me preguntara si eran mías las manzanas amarillas. Y es que sí, eran manzanas golden aunque al final acabaran verdes. A él le gustaron.

La foto me la hicieron medio en broma medio en serio, por lo poco que me gusta posar, pero para dejar constancia de que al menos el cuadro estuvo expuesto en un panel en el edificio Central de la Universidad. Ah, y efectivamente, acabé comiéndome la manzana que estaba en primer plano.

Para que no quede todo en esta bobadica, cuelgo otra foto de un instante: un rayo de luz sobre una de tantas hojas otoñales. Decía el periódico el otro día que se recogen toneladas por toda la ciudad... Esta era especial. Un saludo.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Sigo pintando bodegones

Nada como el comienzo de curso para inventarse "ocupaciones" que reduzcan el estrés del momento. Así, para evitar torturarse mentalmente acerca del escaso tiempo para esparcir la mente, nada como ocupar cualquier minuto disponible en actividades extra.

Siguiendo esta máxima personal he vuelto a apuntarme a un curso de pintura. Lo reconozco, disfruto aunque no pierda de vista que luego he de recuperar las horas de asueto. El que algo quiere...

Por otra parte, como este año no he conseguido plaza en inglés me he apuntado a francés. Ya sé decir puerro, sandía y pomelo. Y, ya que acaba de salir la convocatoria, me he inscrito a un examen avanzado de inglés de Cambridge, a dos meses vista, que amenaza con quitarme el sueño o al menos con hacerme tener pesadillas en inglés. No sigo. Just relax!

Pero esto iba de pintura... Y es que creí que los bodegones ya estaban más o menos dominados, pero esta tela de rayas me sedujo. No me resisto a colgar la foto en secuencias. Lo siento. Una tetera hubiera sido quizá más resultona, pero la gracia de la regadera está en su brillo plasticoso, en su cotidianeidad...


Pintar un bodegón resulta un placer entre otras cosas porque, cuando has definido los volúmenes y dibujado las rayas de la tela, en ese preciso momento en el que tienes todo ya más o menos sombreado, es cuando se cae todo al suelo de forma estrepitosa e invariable. Una vez que lo recolocas nada queda como antes. Y así sucesivamente.

Lógicamente el bodegón de la regadera saltarina -que es como pienso llamarlo- está todavía sin acabar. No es una amenaza, simplemente constato un hecho.


viernes, 2 de octubre de 2009

Sic transit gloria mundi

La verdad es que se me han pasado los días en un suspiro. Puede ser la edad, o simplemente el caos. Me dijo en una ocasión alguien que el único modo de salir adelante es utilizar una única agenda en la que se apunte todo. Nada de diez mil papeles, o cuadernos, aunque sean de colores. Digo yo que acabaré apuntando hasta el día en el que vivo...

Así pues remiro el blog y me percato de que hace más de un mes que no escribo. Imperdonable. Con la de fotos chulas que aún me quedan por compartir. Allá van dos que me resultan curiosas, tomadas en un pequeño cementerio en Cheshire (cerca de Manchester) al que me asomé extrañada de que estuviera a 100 metros de un pub en plena campiña.

El edificio que estaba en el centro era una construcción extraña con múltiples tejaditos y no pude evitar retratarlo, aunque el día no tuviera mucha luz.
Y ésta es una de las losas que lo rodeaban, claro que de las más antiguas. Iba yo con mucho cuidado evitando pisarlas, por aquello del respeto a los muertos.
Lo curioso fue que al salir de allí me topé con unos pavos reales campando a sus anchas por encima de las tumbas. A saber qué hacían allí, sin alpiste ni granja en los alrededores. Alguien comentó -en inglés, claro- que simbolizan la eternidad. Y que era bonito -nice- que estuvieran allí. No es como para quedarse tranquilo, ¿verdad?
Allá va la foto de marras de los dos pavos ingleses que ni tan siquiera se inmutaron ante la cámara, como si la propiedad fuera suya.
¡Pobres muertos!
Aunque lo mismo estaban encantados, tal amor tienen allí por los animales...

See you!


lunes, 31 de agosto de 2009

De vuelta a... clase


Iba a decir al cole, pero no es mi caso. Con la alegría de "Corte Inglés" que tanto pregonan. A veces como que se me pone el careto de este artesano del barro, a quien capté en julio y en Estella su cara de cansancio -camuflada estaba en mis gafas oscuras-.
No nos podemos quejar, como dice el chiste. A ver si la gripe A pasa de largo este año o si la podemos curar con juanolas.
Por de pronto el inicio del curso en septiembre con el plan de Bolonia nos ha recortado el periodo estival. A cultivarse pues,
aunque todavía el sol haga acto de presencia.
Planes, proyectos, todo tomará forma como esa masa informe de barro en manos del alfarero.
También se explica el gesto del caballero si se tiene en cuenta el calor de justicia que hacía entonces, rondando los 40º C y el momento del día. Vamos, como para bailar jotas. Un saludo.

martes, 25 de agosto de 2009

Dicen que hay países en donde no se habla del tiempo

Del tiempo que hace, digo yo, porque el paso y el peso de los días nos afectan a todos por igual. Pero bueno, me hizo gracia el modo en que los más pequeños superan los calores en la costa dorada: jugando con esta fuente circular en la que aleatoriamente aparece una puerta de escape de modo fugaz y breve. Es imposible salir de allí seco o aburrido, que es casi lo mismo. Me acordaba de tantos Manolitos, como el de Mafalda, que estarían con suerte remojados en la fregadera de su casa.
Pero es bonito también observar los grandes hitos que tienen lugar en la vida de las familias, de modo tan discreto, en cualquier playa o piscina: el primer baño del niño; el primer flotador; la primera vez que se pone en pie solo, para volver a caer enseguida sobre la arena, sobre el pañal. Y los atareados padres: bebe, no comas arena, ¿quieres una patata?, ¡vamos al agua!, creo que hay que cambiar el pañal, ¿has traído bañador de repuesto?
Un saludo, ya de vuelta a casa.

viernes, 14 de agosto de 2009

Otra vez el calor


Me dió mi hermana permiso para publicar alguna de sus fotos de Cuba -estupendas- y ésta del lagarto me ha parecido de lo más apropiada para explicar el lapsus que el blog tendrá durante al menos una semana: voy a proceder a achicharrarme de calor pero a unos cuantos kilómetros de distancia. Eso sí, con grata compañía.
Nunca llueve a gusto de todos. En mi caso, para qué nos vamos a engañar, preferiría el frío al calor aplatanante. Se me debe de poner cara de... cómo les diría yo, ¿lagarto?

jueves, 13 de agosto de 2009

Shresbury, un hallazgo por casualidad

Una excursioncilla a Shresbury para enterarme de que es el lugar de origen de Darwin, quien se halla representado entre otras cosas por aquesta estatua sedente frente al edificio de la Biblioteca pública.

Daban ganas de sentarse también a disfrutar.
Pero no, preferí pasear por la ciudad y fotografiar todas las puertas que pude, amén de las casas de estilo tudoriano: es decir, con estas bonitas rayas de color oscuro que no son sino vigas de madera. Increibles. También una tienda de gorros que haría las delicias de alguna conocida mía. No me traje más que las fotos. La crisis.


Increíble la cantidad de colegiales que paseaban por las calles luciendo uniforme. Digo yo si la Pottermanía habrá influido un tanto en esta tendencia. O más bien Rowling se inspiró en cualquier pueblo o ciudad de la isla.

Presencié desde la distancia un partido de vaya usted a saber qué, en el que participaban los ciudadanos más senior de la zona. Lamento mi incultura, quien sepa algo que nos ilustre.

Vale, la foto es de una veleta de hierro, pero en el campo frente a esa casa se hallaban unas quince personas jugando a lo mismo que el de la veleta.





jueves, 6 de agosto de 2009

Quedarse... de piedra.



Esto sucedió en Pamplona: estaba yo paseando por su Casco Viejo cuando de pronto me pareció escuchar un crujido como de gárgola hambrienta. No era tal, que llegué a hacerle foto antes de que se comiera una flor de piedra de su vestido pétreo. Además se reía. Y digo que no era gárgola porque su función era el ornato de un arco en casa antigua, a la altura casi del suelo.

Su compañero de arco, a quien aún quedan cuatro flores intactas, pudo mantener la cara de circunstancias, aunque sí le reconvino por comer con la boca abierta. "¡Siempre llamando la atención!", decía.




miércoles, 5 de agosto de 2009

De visita con la National Trust


Heme aquí delante de una de las bonitas casas-palacio-castillo que cuida la National Trust en Inglaterra. Hardswick se caracteriza por tener maravillosamente bien conservados-restaurados todo tipo de reposteros bordados en seda. Una auténtica joya. Que, dentro de mi pequeñez, me recordaban a los de los salones de la casa de mi abuela.
Lo único desconcertante es que a lo largo de los años fueron cambiando los cuadros -lienzos- de un marco a otro, sin importarles lo que dijera la placa adosada, y así el resultado podía ser: "María Tudor en X" y lo que veías era una escena mitológica. De acuerdo, podría tratarse de María Tudor disfrazada de algo o haciendo teatro. Es una curiosidad simpática. Porque en el fondo siempre aprendes algo. No sé la cara que ponía -intentaba una lo más neutra posible- pero a pesar de mi silencio un guía me identificó como española. Cosas.
En un momento de la visita me acerqué a un retrato que estaba muy bien conseguido y enseguida uno de los 'volunteer' se sintió en la obligación de explicarme que, aunque la placa dijera que se trataba del archiduque Theobald, no era tal sino el hijo segundo de la prima de... Y yo con cara de sorpresa: oh, mmm, ¿cierto? estaba precisamente pensando... I was wondering. Y el tipo excusándose: "no, para su conocimiento".
En una de las habitaciones, explicaban cómo se preservaban los tejidos de las plagas de insectos. Tres señoras con un mini aspirador y unas trampas para que se quedaran pegados. Acordándome de la plaga de polillas que tiene a bien vivir instalada en casa de mis padres, se me ocurrió preguntarles cómo hacían para eliminarlas.
Enseguida el grupillo de turistas fue aumentando, esperando un comentario ilustrador acerca de algo vital e importante, e hicimos corrillo alrededor del aspirador.

Oh, pero ante pregunta peligrosa, respuesta diplomática: allí no "matan" a los animalitos: les disuaden de entrar ventilando todo muy bien y haciendo que haya mucha luz -digo yo, ni que las polillas fueran murciélagos-. A las que se pegaban en la trampa las echaban enseguida al exterior sin dañarlas. Ja, no me lo creí. Pero claro, te pones en su lugar y a lo mejor te está interrogando una ecologista con ánimo de denunciarte por maltrato de polillas.

En el jardín estaba esta estatua de una señora pintando y se me ocurrió fotografiarla para luego copiar la pose.

martes, 4 de agosto de 2009

Alpacas "inglesas"

Volviendo de los Roached Peaks -creo recordar que así se llamaban- me encontré, aparte de la fauna doméstica habitual, a estas bonitas criaturas, a quienes allí llamaban "alpacas".
Parece que les hubieran esquilado. No parecían muy sociables, así que procedí a sacarles foto a distancia y ellas a posar para la posteridad luciendo su mejor perfil.
Este caballo se aproximó a la velocidad del rayo, por aquello de que a nadie le amarga un dulce. Pero se fue igual de rápido en cuanto comprobó que en mi bolsa sólo quedaban restos de pasta con mahonesa y maiz cocido. No me extraña.
Ah, y la última foto es sólo una muestra de las bonitas panorámicas de la campiña, que no hacían más que recordarme la portada de un libro entrañable y bonito que me regaló hace unos meses una amiga: "Teacher, teacher". Situado precisamente en la zona de Yorkshire, o sea, en la zona en la que estábamos.

No me dio tiempo a sacar foto al tea-party que organizaban en uno de los pueblecitos por los que cruzamos. Era en el jardín y tenía una pinta super apetecible. Pero había que elegir: o foto o mareo con tanta curva y cochecito utilitario. Elegí el mareo.
Ah, también vimos a un halcón peregrino, en este caso halcona, que voló por encima de nuestras cabezas para admiración de dos especialistas que llevaban todo el día esperándolo en silencio, con prismáticos y cámara de fotos con super-zoom. Todo sin éxito. Menos mal que llegamos jadeando y haciendo fotos tipo excursionista medio, que es cuando salen los halcones a proteger sus nidos de los domingueros. Los especialistas estaban a punto de alcanzar su coche para regresar sin foto a sus casas, pero les dió tiempo a volver a subir corriendo y ver a la halcona regresar a su nido. Mala suerte.
Como me decía una andaluza granaina, al comprobar que soy incapaz de bailar con estilo las rumbas de Bisbal: "tó, no se púe tené". Digo.

martes, 28 de julio de 2009

Como la trucha perezosa

No entendía yo el porqué del nombre, aunque hay que reconocer que suena bien. Es uno de los 'pub' -de public house- cerca del Peak District. The lazy trout, la trucha perezosa. No hay nada como estar sentadito al sol en ese a modo de mesa-banco y ver pasar turistas. Me pregunto si las truchas del río cercano gastan también sus horas viendo pasar a los clientes.

Un día pregunté por curiosidad a unas inglesas cómo se llamaba la bandeja de madera que ponían sobre la mesa del comedor: giraba sobre una base redonda, y permitía acceder a la comida sin necesidad de estirar el brazo. Se asombraron de que en España no tuviéramos la "lazy Susan". O sea, la perezosa Susana.

Ahora se entiende por qué, nada más llegar a España, algunos pregunten enseguida: "¿a qué hora es la siesta?".

lunes, 27 de julio de 2009

Dos bobadicas desde Londres


Un detalle que me impresionó: la "draga" -sí, esa embarcación que se usa para excavar material debajo del nivel del agua y elevarlo hasta la superficie, para así limpiar el fondo del río- pues con gran humildad afirmaba en su pancarta: "yo como basura". Cosa que hacemos casi todos, pero sin admitirlo, quizá sin saberlo. Estaba en el Támesis funcionando a destajo hasta en días festivos.

La otra tontería, dos pianos que me encontré por la calle con un cartelón de "toca, soy tuyo", para que el viandante pudiera sentarse y aporrearlo a gusto. Porque había cola, porque no había ido a Londres a sentarme en un rincón a tocar el piano, porque no tenía tiempo, porque quienes me estaban enseñando la City en cuatro horas no iban a esperarme... Si no, les aseguro que me hubiera despachado con un par de cancioncillas.

Añado también una foto a contraluz del galeón del capitán Drake, de quien en mi ingenuidad afirmé, ante un grupo de British people, que se trataba de aquel famoso pirata. Claro que los ingleses no compartían mi punto de vista. Se ve que no leen las páginas web en español, pues allí siempre se ha hablado del temido
y malvado pirata Francis Drake, quien se dedicaba de modo profesional a saquear las costas y galeones españoles. Por muy "Sir" que le nombrara la reina inglesa. Que hasta ahí podíamos llegar, anda. Me reafirmo en ello después de haberlo comprobado, ya que lo dije de memorieta y me quedé con la duda, tan firmes se me pusieron.

Bueno, que no me quería meter con nadie en especial, pero sí viene bien advertir que, tal como dice el refrán: "beauty is in the eye of the beholder" -o sea, más o menos: 'la belleza depende de los ojos de la miren'-, pues también parece que la historia se recuerda o amaña según el ojo o la posición geográfica desde la que se mira. ¿O no?.

Como ha pasado tanto tiempo y la réplica del barco Golden Hind era "la mar de salado" -nunca mejor dicho-, pues allí queda la foto. Chau.

miércoles, 22 de julio de 2009

Para alegrar los pinrelillos en invierno

Me los encontré en un Marc & Spencer en York, se trata de los clásicos calcetines de toda la vida del serio y respetable color negro, azul oscuro o gris. Pero, he ahí la gracia: luciendo bonitas rayas de colores en la punta y el talón.

Claro, como no se ven, puede uno llevarlos a la oficina y reirse pensando que es algo transgresor con el estilo imperante. Aunque no lo parezca.

Anunciaban que era para poder emparejarlos más fácilmente después del lavado y secado. Se me ocurre que es también un detalle disuasorio para el que sienta la tentación de ventilar los pies acalorados, quitándose subrepticiamente los zapatos.

Estuve tentada de coger algún par, pero si no era el paquetillo de siete no tenía gracia, así que decidí con gran pena sacar sólo una fotografía de ellos. Lo mismo están en todas partes y yo no me había enterado.

jueves, 16 de julio de 2009

El caso de 'Fingle'

Para dar mayor emoción a los recorridos por el campo, nada como llevar un perro de paseo. Así aseguras el trotecillo más que ligero, el ejercicio de la musculatura del brazo que sujeta la correa...
El caso es que Fingle perdía bastante pelo, a pesar de que todo el mundo asegurara que era perro joven. 'En todo caso -comentaban- es una "her", no un "his". Se puede decir que su comportamiento era correcto, como corresponde a tod@ British can. Sólo había dos excepciones: una, el que se lanzara con aquel frenesí a zamparse a los patos del lago -hecho que provocaba la furia de los cisnes -swans- y la taquicardia de los tales ducks, que salían corriendo a la velocidad del rayo.

La otra 'manía' era ese rehusar obstinadamente el pasar por debajo de las vallas, siempre que hubiera que atravesar algun campo. Digo yo que podría haber puesto más de su parte, pero no: ponía cara de póker y sólo cruzaba por arriba y en brazos de algún voluntario, que al final era irremediable, pues no nos ibamos a quedar en el primer campo. Ni en el segundo... y así hasta el regreso. A mí me daba un poco de repelús el asunto, pues los brazos de los voluntarios se quedaban llenos de pelo canino. Así como toda su ropa. Puaj. Nunca fui voluntaria. Bastante se me cae el pelo a mí como para andar sacudiendome el de un animalejo, por muy animal de compañía que sea.

Llevo un rato intentando colocar foto de los patos pero la página se obstina en impedirlo. Cuando pueda la pondré. Voy a ver si llevando el ordenador un rato en brazos me hace algo más de caso. Aunque me queden los brazos llenos de ...¿qué?
Bueno, por fin me ha dejado colocarla: estos son los confiados patos segundos antes de ser atacados por Fingle. Eso sí, por puro placer, no es que le matáramos de hambre.

viernes, 3 de julio de 2009

La ventana


Ayer por la tarde recibí en casa por fin la varapaleada maleta. La sorpresa me pilló inexpresiva: calor, incredulidad de ¿seguro que...?, pero ¡sí!.
Y ya reconciliada con mis vacaciones, incluso con la compañía de vuelos, procedo a compartir tantos paisajes y personajes mágicos. No en vano Cheshire suena a hobbit, a gnomo, a Peter Pan, Miss Potter. Así me lo pareció al menos mientras trotaba por la campiña inglesa.

La ventana. "¿Qué es una ventana?", preguntaba hace años por escrito una persona a quien admiro, el primer día de su curso de relatos cortos. Cada cual dejaba constancia sobre el papel de las idioteces que se le ocurrían. No ocurrió hasta unos meses más tarde, pero todavía recuerdo el momento preciso en que descubrí -cuan despistada andaba o... trotaba- que la ventana no es otra cosa que una metáfora, un CUENTO.
Acompáñeme quien quiera pues a este universo. Un saludo.

lunes, 29 de junio de 2009

Desventajas de volar


No es que tenga manía a los aeropuertos, pero cada vez veo más claro que, a la ventaja de ir volando de un punto a otro, se le opone la ineludible exigencia de habitar en las terminales: horas antes, horas después... Me pregunto si no será para que consumamos entre vuelo y vuelo los dichosos botellines de agua que venden a precio de oro negro.

Entiendo que, si quieres ir a una isla, lo más sensato será -caso de vivir lejos de zona marítima- coger el avión. Ea, ¡que me han perdido el equipaje!. Tenía ganas de decirlo. Y con toda mi ropa de verano. Mientras estaba en el noroeste de Inglaterra me sirvió para pasar frio, pero ahora de vuelta a casa disfruto de una temperatura más que tropical y, qué quieren que les diga, me acuerdo de mis bonitas camisetas.

Tengo que reconocer que ya en Manchester me dio mala espina que tuvieran averiada la cinta de transporte de maletas . "¿Ve usted la señal de la cebra? -me decía en inglés con tono desesperado la señorita-, pues lleve allí la maleta facturada".

La tal cebra era un cartelón enorme, así que no tenía "pierde", como dicen en Pamplona. Tuve que abandonarla allí, haciendo cola -estábamos en Inglaterra- tras otro medio centenar de maletas desconocidas esperando ser embarcadas. Me daba no sé qué dejarla, pero otro empleado del aeropuerto insistió en que efectivamente, ése era el lugar más adecuado y le creí. La dejé allá, sin candado, y comencé a trotar con el equipaje de mano en busca de unos caramelos "blandos por dentro" que me había pedido una amiga.

Total, estuve andando sin parar de la ceca a la meca y de la mañana a la noche, pues por los retrasos acumulados en las diversas escalas -dos horas- llegué ya bien anochecido, por no decir cercana a las once de la noche. Salí y fuí llena de confianza a la cinta de equipajes para recuperarla. Esperé, esperé y desesperé. No apareció por la cinta y me dijeron que en estos casos procedía el ir a dar parte de su ausencia. ¿Cómo podía ocurrirme a mí, que me había portado fenómeno: había llevado todos los líquidos en bolsita transparente, me había quitado los zapatos las tres veces que me lo pidieron los de seguridad. Y créanme, tenía mérito pues llevaba las famosas botas de plástico puestas, para evitar peso extra en la maleta.

Le sigo la pista ahora por Internet, pero nadie sabe de ella. Me pregunto si estará aún con la cebra de Manchester o tal vez en Sanghai. Por si acaso me estás leyendo ahora, quiero decirte que tengo muchas ganas de volver a verte, que te dejé porque me lo ordenaron -ya sabes cómo son las cosas en los aeropuertos-, que si te entra el hambre te dejo comer los caramelillos de toffe-menta que llevas en el compartimento de la cremallera, aunque fueran para mi convaleciente padre. Y que seguiré esperándote porque la esperanza es lo último que se pierde. Por si acaso, no lo tomes a mal, saldré a comprar un par de camisetas: ¡esté calor no hay quien lo aguante!.

viernes, 12 de junio de 2009

Enjoying the greenery

No nos podemos quejar. Como decía el chiste. Pero hoy lo pensaba como con más convencimiento, dado que el sol se ha dignado por fin a aparecer en este rinconcillo de North-England. Estaba yo leyendo tan ricamente al sol cuando de pronto los cuervos (son parte del vecindario y los hay del tamaño de un gato...) se han puesto a alborotar, probablemente por algún litigio de tipo "esta rama es mía, yo la vi firstly".

A continuacion han sido las vacas que, animadas por los graznidos, se han puesto a mugir de tal forma que he creído que una de ellas se habia caído al lago. No he podido acercarme a comprobarlo, por una parte, porque estaba vallado. Y por otra, porque qué iba yo a poder hacer para rescatarla...

En el intermedio ha salido la ardilla y, aprovechando el barullo, se ha ido acercado saltando con disimulo hasta su árbol preferido.

Una familia de gansos canadienses -que así les llaman aquí, yo no les he visto el visado- se ha puesto a hacer geese-surf en el agua y, cuando creía que no faltaba nadie -ya estaba yo como enfrascándome en el libro de nuevo- ha llegado un hombre en tractor con un colector de vaya usted a saber qué. Las vacas se han puesto a trotar emocionadas a su alrededor, tan excitadas, que me he acercado intrigada, imitando a la ardilla, hasta el árbol más cercano. En ese instante el tal caballero ha procedido -sin vacilación- a regar con estiercol maloliente todo el campo. Así que mira tú por dónde, el verde tan re-verde de la isla se debe a algo más que la lluvia. Al menos he logrado escapar a tiempo.

Cuando vuelva a salir de paseo procuraré no trotar alegremente sin antes olisquear intensamente, no vaya a ser que el barro no sea tal. En otras palabras, por si las moscas. O just in case, que viene a ser lo mismo, pero en inglés.

Endoso foto del paisaje colindante para disfrute del publico fiel y del que caiga de vez en cuando por la page.

lunes, 1 de junio de 2009

Antes de empacar...

Comprendo que mi pequeño problema de seleccionar qué ropa meto en la maleta antes de salir al extranjero, así como el guardar con éxito y orden la ropa invernal, es una minucia comparada con el resto de dificultades realmente acuciantes que sufre el común de los mortales.
Es más, creí que no había tal problema, hasta leer esta mañana en el Reader Digest -eso por abrir el correo electrónico- los 14 consejos de los profesionales a la hora de guardar la ropa cuando comienza la primavera. He llegado a la conclusión de que necesito otro armario, otro tipo de perchas, una máquina que haga el vacío para poder apilar sin problemas los jerséis y... quizá menos ropa de la que no uso y tal vez guardo para cuando "me-ponga-a-pintar".

Bien he de reconocer que considero ordenar el armario como un ejercicio relajante. Casi tanto como hacer sudokus. El hecho de sacar todo sobre la cama para quitar el polvo de las baldas y después meterlo de nuevo en igual desorden por falta de tiempo, me retrotrae a la adolescencia -ah, qué tiempos...-, cuando mi querida madre -con poco éxito, he de confesar- intentaba inculcar en mi alma ese amor al orden, a la pulcritud y al sentido común. Cuantas veces llegaba yo a mi cuarto y encontraba una montaña de ropa sobre el colchón (daba igual la estación del año) y desde la cocina venía aquella voz cariñosa que advertía: "quiero ver todo ESO en su sitio de otra manera".

Tampoco se cómo tuve valor -17 abriles, insisto- para repetir tantas veces aquella famosa cantinela: "Mamá, no sé qué ponerme, es que no tengo nada que ponerme".

Invariablemente contestaba, con cierto deje de paciencia y siempre buen humor a chorros: "hija mía, pues ponte cualquier cosa, tienes el armario LLENO".
Un saludo.

viernes, 29 de mayo de 2009

"Matiuskas"

Eso es precisamente lo que me preguntaba la pintora que me ha enseñado a hacer bodegones, que "¿qué es eso de las matiuskas?". Así que le he aclarado rápidamente que el teclado del ordenador suele jugarme malas pasadas en cuanto escribo corriendo. Y, a pesar de que releo antes de enviar el mensaje, siempre queda ese puntillo de vanidad que te hace creer que no te has podido equivocar. Ah, craso error que queda confirmado por el simple hecho de tener que re-editar, una y otra vez, hasta estas sencillas entradas de blog: siempre se te cuelan errores fortuitos debidos a... la precipitación.



Las "matiuskas" son las katiuskas que he adquirido recientemente para disfrutar de los paseos por North-England dentro de menos de una semana. Otra cosa será que, en cuanto llegue allá, se ría toda la gente de mí porque haga un solazo espléndido. Que todo puede ocurrir. Ya se sabe que cuando uno funciona a golpe de tópicos, se topa de bruces con la realidad, que no suele ser tan fiera como la pintan. Aún así, recuerdo la cara de dolor de la dependienta de la zapatería -qué maja-, y es que lo mismo se ha quedado con ganas de viajar conmigo. En el fondo no entiendo por qué tanta pena, cuando encima una viaja por placer. Amén del calorazo terrible que estamos pasando estos días, en un verano adelantado que baja la tensión al más inquieto. Ni con Coca-Cola, oye. Así que un poco de heavy rain al año no hace daño.

Anyway, ya les contaré lo que pase. Si es que pasa algo. Si no, también.

lunes, 25 de mayo de 2009

Sigue de retratos y un año de blog...

De pronto me he dado cuenta de que este blog ha cumplido un año y casi ni me he dado cuenta. Animo desde aquí a quien me lea a que haga crítica constructiva y me envíe comentarios y sugerencias. No es tan difícil. Supongo que podrían salir más cosas de papel-maché, que es a lo que hace referencia el título. Pero creo recordar que anuncié en la primera o segunda sesión que esto iba a ser más bien un cajón de-sastre en el que cabría de todo. Hasta este desorden de entradas. Pido de todas formas disculpas por el caos. Creo que algo tendrá que ver con mi carácter y claro, he ido escribiendo lo que me apetecía y me daba tiempo. Bueno, pues a otra cosa mariposa. O, como dicen en vascuence, que queda como más musical: a otra cosa "pinpilinpauxa".

Este año no podré participar en el concurso al aire libre. Por una parte es una pena, no porque piense en la calidad de mis super pinturas -y por tanto en la posibilidad de que me seleccionen-, sino por lo bien que lo iba a pasar pintando todo el día en el parque con gente conocida y desconocida. Ya se estaba haciendo costumbre. Por otra, I can't complain... Y es porque ese día estaré -espero- de vacaciones cerca de Manchester, lo cual está ¡absolutamente genial!. Cuando compré las katiuskas, que todo el mundo aconseja, la dependienta las sacó del trastero con cara de sufrimiento a modo de solidaridad mientras decía: "¿así que son para las vacaciones?".

Hoy coloco la foto del perfil de la modelo, que pacientemente aguantaba quieta como una esfinge para que quienes pintamos hagamos lo que salga. El pintor-profe me dijo que lo dejara como está -¡pero si no le he hecho el pelo, pero si...-, que "está bonito", que no lo toque. Y cuando lo decía,
como que le daba la risa. La modelo dice que
desde luego he logrado su nariz. Reconozco que no se pintar ojos ni pendientes. Todo llegará. Así que en el otro día el profe me animó a dibujarla de frente a carboncillo, para que "viera lo que vale un duro" -considera que es más difícil que el perfil, parece- e incluso llegué a hacer foto en mi audacia al resultado. Sólo que fue con el móvil y después de tres intentos de enviar la imagen a algo susceptible de ser introducido en el ordenador, he desistido. La colgaré más adelante en un antes-después (como los anuncios para adelgazar) cuando le de algo de color, parece ser que este jueves. Eso me recuerda que tengo la paleta -oh pereza- sin limpiar y voy a tener que usar una rasqueta...

El único problema pintando de frente es que a la modelo le da una risa loca ver las caras que pones cuando la miras fijamente, intentando parecer profesional que mide proporciones o similar. Para que no ría a mandíbula batiente, perdiendo el sutil efecto de alma soñadora o adormilada, surte efecto recordarle el que ha de pensar que enseguida llegan los examenes finales. Le dura un rato. Ya veremos en qué acaba todo esto. Por de pronto creo que voy a acabar con tres retratos de Adriana, el de perfil, el de carboncillo -que me dice el profe que está muy bonito el dibujo y que lo deje así, ahora parece que no se ríe tanto- y el tercer intento, que será dentro de unos días. De todo ello daré parte para entretenimiento de seguidores del blog.

Intentaré pintarle la cara con colores rosas, si es que para entonces no ha recuperado su antiguo maquillaje anaranjado. That's my life!

viernes, 15 de mayo de 2009

Cúpula de 4.500 kilos

Antes de que se me olvide y la pierda irremediablemente en el maremagnum de imágenes del pc, os coloco la foto de aquella hermosa cúpula que descubrí en armazón de madera hace un par de meses, transformada, acabada y casi recién colocada.

Ya está rematando la torrecilla de lo que será nueva Escuela Municipal de Música -o tal vez Conservatorio, no me acuerdo-. Sólo sé que impone lo bonito que está quedando el edificio y también el pensar que tan sólo la cúpula pesa ya 4.500 kilos. Por si acaso habrá que pasar dando un rodeillo.
Aprovecho para advertir que dentro de veinte días estaré disfrutando de unas inmerecidas vacaciones cerca de Manchester, donde espero lanzarme a chapurrear el inglés. No quise desanimarme ayer ante las caras de mi profe cuando se lo dije: simplemente comenzó a imitar el acento de la people de la zona y concluí que no sólo practicaré el inglés, sino que además va a ser una experiencia divertida a la par que agradable. Creo que llevaré cuaderno de viaje. Y de dibujo. Ya veremos.

jueves, 14 de mayo de 2009

Cheer up!

Me he tropezado en el correo con la foto de este bebé de cinco semanas y careto de circunstancias. ¿Será que le están pellizcando? ¿Será otro caso de increíble historia de Benjamin Button?

Al verlo me da la sensación como de que me estoy perdiendo algo importante. ¿Será consciente de la crisis? ¿Y yo una inconsciente?

Prefiero silbar una y otra vez feliz la cancioncilla de "Always look on the bright side of life", asumiendo las dificultades con el optimismo de Monty Python en Life of Brian.

¡Aupa chaval!, o lo que es lo mismo: cheer up, baby!

sábado, 9 de mayo de 2009

Con permiso de la modelo...



Hoy ha sido otro día de pintura con modelo, pero antes de emocionarme he decidido sacar foto a la modelo, que por cierto se llama como una de mis cuñadas y es la mar de maja. Mucho hay que serlo para sonreir cuando deja de posar y se asoma a los caballetes.


La pintura ha cambiado mucho, pero como no se nos tiene que ocurrir ni de asomo pensar-pintar de memoria, lo he dejado en el sotanillo para que descanse hasta la próxima sesión.


Hoy la zona del campus estaba más que animada con el día del deporte en la universidad, creo que añadiré foto del tren chu-chú, para solaz de lectores más jóvenes. Un saludo.

martes, 5 de mayo de 2009

Con un poco de paciencia y buen humor


Me ha hecho gracia esta foto, pienso que de algún jardinero "municipal" de ciudad americana a la hora de podar los árboles. No sólo puso los pivotes para evitar ser atropellado, sino que añadió este inteligente mensajillo que, si no te pilla con prisa loca, puede ayudarte a reir al menos dos minutos antes de llegar tarde al trabajo.


miércoles, 29 de abril de 2009

Otra vez por estos andurriales


Han pasado tantas cosas en este lapsus blogueril que se me ha ocurrido al menos colocar esta foto que tomé de un reloj de sol de Pamplona. Parece una buena excusa ésta de decir que, como ha llovido tanto, no me he dado cuenta de la hora que era.
Para quienes vieron una de las fotos curiosas de otra entrada, la del armazón de madera que apareció al pie de un edificio, explicaré que resultó ser el esqueleto del a-modo-de-cúpula que remata ahora su torre izquierda. La verdad es que le da cierto aire de templo ortodoxo, aunque sé que se trata del nuevo Conservatorio de Música. Otro día os la enseño.
Y por si alguien se pregunta que qué vino después de que me dedicara a pintar latas -me pregunto si hay alguien que se lo pregunta-, pues diré, a modo de novedad, que me he apuntado a un curso de retrato al óleo con un pintor muy bueno pero que hoy por hoy resulta bastante poco diplomático: no hace más que repetir, con sonrisa desesperada, lo MAL que pintamos quienes estamos allí pintando. Creo que se refiere a lo mal que dibujamos. Yo por de pronto a la bella modelo le saqué un perfil de esfinge que, a pesar de estar "MAL", se parece, cierto, no a ella, sino a la reina. Qué le vamos a hacer. A ver si en la segunda sesión la "asemejo" un poco más a la original. Por de pronto mi madre, que me quiere, dice que qué bobada eso de que está mal, que a ella le parece p-e-r-f-e-c-t-o.
Lo digo en caso de que algún otro pintor novel, como yo, se desanime ante los resultados. Si su madre no le sirve de consuelo, que me escriba y le digo a la mía que le anime. Un saludo.

sábado, 4 de abril de 2009

Va de flores y latas. De tomate.


Lo siento, no se trata de la primavera. Aprovechando el espacio del blog, que por ahora no se queja, pensaba colocar-colgar fotito de lo que me ha salido tratando de copiar unos narcisos en clase.


Como siempre, pintas primero del natural. Después te fijas en las fotos, que no tienen nada que ver y vuelves a cambiar las sombras, el tamaño. Vuelves a clase y te fijas en otra foto. Y cuando decides parar alguien te dice: huy, qué bonitas margaritas. Pero no, son lirios.


Si puedo seguir con estas clases después de
Semana Santa, acabaré este otro cuadro de latas
de tomate con aceitera y naranjas. Cuanto más ataco las naranjas, más calabazas se ponen.

Tengo mala fama de rápidez. Y esta mañana, cuando estaba haciendo una raya a pulso con otra pintora observando a corta distancia, zas, me he torcido. Y con un grito triunfal va y dice al aire: "huy, ya está, te has equivocado". Enseguida se ha acercado otra pintora vecina diciendo: "a veeeeeer". Así que, mientras no las corrija, las latas seguirán abolladas, si no están más que en proceso. Lo que era de risa fue vernos contemplar unas latas viejas de tomate con cara de anticuarios, como para calcular proporciones...
Lo mío no es el colorcito verde esmeralda -this is not my cup of tea. Bueno, no en el sentido literal, claro-, aunque la profe insista en que soy Kandinsky o Cezanne. Aún no me aclaro de quién soy realmente. Bueno sí, Machutúa. Qué cosa tan agradable. Un saludo a todísimos.

sábado, 21 de marzo de 2009

Botellas y brillos valientes, o ¡valientes brillos en botellas!





Bueno, lo prometido es deuda. ¿Ah, no os lo había prometido? Es igual... Este es el resultado de las botellas que hemos tratado de pintar. Si jugáis a descubrir las 400 diferencias entre modelo y resultado percibiréis que algo pasa a la botella de la izquierda. Efectivamente, parece que lleva hombreras. Tiene su explicación y es sin más que en el primer modelo de bodegón había OTRA botella, que no ésta. Así que se quedó su silueta y la he apañado como he podido. Pero los pliegues están chulos, eh? Serendipity, como quien dice.

Ahora en la foto veo otros defectillos que trataré de subsanar en un periquete, así que chao y disfrutad de un buen fin de semana.