lunes, 31 de agosto de 2009

De vuelta a... clase


Iba a decir al cole, pero no es mi caso. Con la alegría de "Corte Inglés" que tanto pregonan. A veces como que se me pone el careto de este artesano del barro, a quien capté en julio y en Estella su cara de cansancio -camuflada estaba en mis gafas oscuras-.
No nos podemos quejar, como dice el chiste. A ver si la gripe A pasa de largo este año o si la podemos curar con juanolas.
Por de pronto el inicio del curso en septiembre con el plan de Bolonia nos ha recortado el periodo estival. A cultivarse pues,
aunque todavía el sol haga acto de presencia.
Planes, proyectos, todo tomará forma como esa masa informe de barro en manos del alfarero.
También se explica el gesto del caballero si se tiene en cuenta el calor de justicia que hacía entonces, rondando los 40º C y el momento del día. Vamos, como para bailar jotas. Un saludo.

martes, 25 de agosto de 2009

Dicen que hay países en donde no se habla del tiempo

Del tiempo que hace, digo yo, porque el paso y el peso de los días nos afectan a todos por igual. Pero bueno, me hizo gracia el modo en que los más pequeños superan los calores en la costa dorada: jugando con esta fuente circular en la que aleatoriamente aparece una puerta de escape de modo fugaz y breve. Es imposible salir de allí seco o aburrido, que es casi lo mismo. Me acordaba de tantos Manolitos, como el de Mafalda, que estarían con suerte remojados en la fregadera de su casa.
Pero es bonito también observar los grandes hitos que tienen lugar en la vida de las familias, de modo tan discreto, en cualquier playa o piscina: el primer baño del niño; el primer flotador; la primera vez que se pone en pie solo, para volver a caer enseguida sobre la arena, sobre el pañal. Y los atareados padres: bebe, no comas arena, ¿quieres una patata?, ¡vamos al agua!, creo que hay que cambiar el pañal, ¿has traído bañador de repuesto?
Un saludo, ya de vuelta a casa.

viernes, 14 de agosto de 2009

Otra vez el calor


Me dió mi hermana permiso para publicar alguna de sus fotos de Cuba -estupendas- y ésta del lagarto me ha parecido de lo más apropiada para explicar el lapsus que el blog tendrá durante al menos una semana: voy a proceder a achicharrarme de calor pero a unos cuantos kilómetros de distancia. Eso sí, con grata compañía.
Nunca llueve a gusto de todos. En mi caso, para qué nos vamos a engañar, preferiría el frío al calor aplatanante. Se me debe de poner cara de... cómo les diría yo, ¿lagarto?

jueves, 13 de agosto de 2009

Shresbury, un hallazgo por casualidad

Una excursioncilla a Shresbury para enterarme de que es el lugar de origen de Darwin, quien se halla representado entre otras cosas por aquesta estatua sedente frente al edificio de la Biblioteca pública.

Daban ganas de sentarse también a disfrutar.
Pero no, preferí pasear por la ciudad y fotografiar todas las puertas que pude, amén de las casas de estilo tudoriano: es decir, con estas bonitas rayas de color oscuro que no son sino vigas de madera. Increibles. También una tienda de gorros que haría las delicias de alguna conocida mía. No me traje más que las fotos. La crisis.


Increíble la cantidad de colegiales que paseaban por las calles luciendo uniforme. Digo yo si la Pottermanía habrá influido un tanto en esta tendencia. O más bien Rowling se inspiró en cualquier pueblo o ciudad de la isla.

Presencié desde la distancia un partido de vaya usted a saber qué, en el que participaban los ciudadanos más senior de la zona. Lamento mi incultura, quien sepa algo que nos ilustre.

Vale, la foto es de una veleta de hierro, pero en el campo frente a esa casa se hallaban unas quince personas jugando a lo mismo que el de la veleta.





jueves, 6 de agosto de 2009

Quedarse... de piedra.



Esto sucedió en Pamplona: estaba yo paseando por su Casco Viejo cuando de pronto me pareció escuchar un crujido como de gárgola hambrienta. No era tal, que llegué a hacerle foto antes de que se comiera una flor de piedra de su vestido pétreo. Además se reía. Y digo que no era gárgola porque su función era el ornato de un arco en casa antigua, a la altura casi del suelo.

Su compañero de arco, a quien aún quedan cuatro flores intactas, pudo mantener la cara de circunstancias, aunque sí le reconvino por comer con la boca abierta. "¡Siempre llamando la atención!", decía.




miércoles, 5 de agosto de 2009

De visita con la National Trust


Heme aquí delante de una de las bonitas casas-palacio-castillo que cuida la National Trust en Inglaterra. Hardswick se caracteriza por tener maravillosamente bien conservados-restaurados todo tipo de reposteros bordados en seda. Una auténtica joya. Que, dentro de mi pequeñez, me recordaban a los de los salones de la casa de mi abuela.
Lo único desconcertante es que a lo largo de los años fueron cambiando los cuadros -lienzos- de un marco a otro, sin importarles lo que dijera la placa adosada, y así el resultado podía ser: "María Tudor en X" y lo que veías era una escena mitológica. De acuerdo, podría tratarse de María Tudor disfrazada de algo o haciendo teatro. Es una curiosidad simpática. Porque en el fondo siempre aprendes algo. No sé la cara que ponía -intentaba una lo más neutra posible- pero a pesar de mi silencio un guía me identificó como española. Cosas.
En un momento de la visita me acerqué a un retrato que estaba muy bien conseguido y enseguida uno de los 'volunteer' se sintió en la obligación de explicarme que, aunque la placa dijera que se trataba del archiduque Theobald, no era tal sino el hijo segundo de la prima de... Y yo con cara de sorpresa: oh, mmm, ¿cierto? estaba precisamente pensando... I was wondering. Y el tipo excusándose: "no, para su conocimiento".
En una de las habitaciones, explicaban cómo se preservaban los tejidos de las plagas de insectos. Tres señoras con un mini aspirador y unas trampas para que se quedaran pegados. Acordándome de la plaga de polillas que tiene a bien vivir instalada en casa de mis padres, se me ocurrió preguntarles cómo hacían para eliminarlas.
Enseguida el grupillo de turistas fue aumentando, esperando un comentario ilustrador acerca de algo vital e importante, e hicimos corrillo alrededor del aspirador.

Oh, pero ante pregunta peligrosa, respuesta diplomática: allí no "matan" a los animalitos: les disuaden de entrar ventilando todo muy bien y haciendo que haya mucha luz -digo yo, ni que las polillas fueran murciélagos-. A las que se pegaban en la trampa las echaban enseguida al exterior sin dañarlas. Ja, no me lo creí. Pero claro, te pones en su lugar y a lo mejor te está interrogando una ecologista con ánimo de denunciarte por maltrato de polillas.

En el jardín estaba esta estatua de una señora pintando y se me ocurrió fotografiarla para luego copiar la pose.

martes, 4 de agosto de 2009

Alpacas "inglesas"

Volviendo de los Roached Peaks -creo recordar que así se llamaban- me encontré, aparte de la fauna doméstica habitual, a estas bonitas criaturas, a quienes allí llamaban "alpacas".
Parece que les hubieran esquilado. No parecían muy sociables, así que procedí a sacarles foto a distancia y ellas a posar para la posteridad luciendo su mejor perfil.
Este caballo se aproximó a la velocidad del rayo, por aquello de que a nadie le amarga un dulce. Pero se fue igual de rápido en cuanto comprobó que en mi bolsa sólo quedaban restos de pasta con mahonesa y maiz cocido. No me extraña.
Ah, y la última foto es sólo una muestra de las bonitas panorámicas de la campiña, que no hacían más que recordarme la portada de un libro entrañable y bonito que me regaló hace unos meses una amiga: "Teacher, teacher". Situado precisamente en la zona de Yorkshire, o sea, en la zona en la que estábamos.

No me dio tiempo a sacar foto al tea-party que organizaban en uno de los pueblecitos por los que cruzamos. Era en el jardín y tenía una pinta super apetecible. Pero había que elegir: o foto o mareo con tanta curva y cochecito utilitario. Elegí el mareo.
Ah, también vimos a un halcón peregrino, en este caso halcona, que voló por encima de nuestras cabezas para admiración de dos especialistas que llevaban todo el día esperándolo en silencio, con prismáticos y cámara de fotos con super-zoom. Todo sin éxito. Menos mal que llegamos jadeando y haciendo fotos tipo excursionista medio, que es cuando salen los halcones a proteger sus nidos de los domingueros. Los especialistas estaban a punto de alcanzar su coche para regresar sin foto a sus casas, pero les dió tiempo a volver a subir corriendo y ver a la halcona regresar a su nido. Mala suerte.
Como me decía una andaluza granaina, al comprobar que soy incapaz de bailar con estilo las rumbas de Bisbal: "tó, no se púe tené". Digo.