viernes, 24 de enero de 2014

Jugando a publicista

He aquí mi primera prueba en Prezi. Seguro que tiene mil fallos. Resulta pelín mareante, pero al menos he optado por dejarlo así caiga quien caiga...

domingo, 19 de enero de 2014

Getxo, el mar...


Ereaga luce estupenda a cualquier hora. Incluso al trasluz matutino de esta imagen desde el mirador de Los Chopos.

En breves instantes se iría poblando de los habituales en los bancos. Un microcosmos que daría para varios cuentos.
Se anunciaba una ciclogenésis en menos de una semana y, además del viento, el mar se esforzaba en dar muestras del espectáculo que se avecinaba.

Pude dar un paseillo hasta La Galea y, desde el Molino de Aixerrota, me llamó la atención una ola recurrente de estela larga. Esta vez en la playa de Arrigúnaga. No me jugué la vida porque soy prudente, pero sacar la foto al borde del acantilado con ese vientazo parecía un tanto suicida y hubo quien se me quedó mirando, como  si fuera a tirarme al mar en cualquier momento...


No me apetecía mucho hablar del suceso en relación con el sireno de Getxo.

Sí, la imagen que fue "secuestrada" unos días por quienes reclamaban una mayor atención al medio-ambiente, etc. Con final feliz de comieron perdiz y de vamos a reírnos un poco porque esto tiene más de vodevil que de secuestro... Aunque algunos lo tomaran muy a pecho.  El sirenito... Esperemos que no cunda el ejemplo y empiecen a desaparecer del entorno otras figuras más o menos populares. Ahora me ves, ahora no me ves.


jueves, 16 de enero de 2014

Colores del Campus

Me acuerdo a menudo de lo que decía un buen fotógrafo: "la mejor foto es la que no haces". No por conformismo, evidentemente, sino porque los momentos son únicos: un rayo de luz en un tiempo preciso y ¡zas! no tienes la cámara a mano...

El campus de la Universidad está espectacular en todas las épocas del año, pero recién comenzado el invierno llama la atención.

La hiedra de abajo es un reto que tenía en mente mi padre: plasmarla en lienzo con óleos. Algún día...



lunes, 13 de enero de 2014

Pamplona bajo la lluvia

 Dicen que en breve podría llegar la nieve. No produce demasiada sorpresa, dado que estamos en invierno.
Me sorprendería más que acabara la crisis, por poner un ejemplo.

Dentro de mi desorden habitual,  a más de otras actividades, estoy dando vueltas al reto propuesto por nuestro moderno profesor de francés: hacer una presentación atractiva de los motivos para viajar a Navarra que pueden presentarse a posibles turistas franceses.
En cinco minutos. Y convencerles. Sin cortar-copiar de Internet, que es siempre tan socorrido.
Haga lo que haga siempre obtendré un "c'est bien, mais tu peux le faire bien mieux!"  O sea, sigue intentándolo.
Por de pronto, ¡qué bonita es Pamplona tras la lluvia!


domingo, 12 de enero de 2014

La Kontxa o Concha, según se mire

 
 Tres imágenes de la última escapada a San Sebastián - Donostia, en el paseo de la playa.
Había que estar abrigado, a no ser que -como el artista de la segunda foto- trabajases en una escultura de arena.



El Balneario de la Concha, a pie de playa, probablemente sorprendido por la escasez de público. Era hora de comer...

martes, 7 de enero de 2014

Volviendo a Navarra desde Huesca

Viajar en autobús no es lo más oportuno para obtener fotografías de calidad con un móvil malo. Pero el paisaje mañanero me sacudió las ganas de pintar y, a sabiendas de lo inevitable de los reflejos en el cristal, tomé algunas imágenes para la posteridad. Que comparto, por si a alguien le estimula también el gusanillo de la pintura.

Me encantan los surcos...


lunes, 6 de enero de 2014

Y más de Torreciudad

Me he encontrado con alguna otra foto en el tintero y bien se merecen acompañar a la anterior entrada.

Una estación del Via Crucis terminando ya el recorrido, así como una imagen de los azulejos que jalonan la bajada a la antigua ermita.

Naturalmente todo es de temática religiosa, puesto que es un Santuario de la Virgen.

Ya estoy pensando en volver en cuanto tenga la oportunidad. Es lo que tiene Torreciudad, que te engancha. Un saludo!


domingo, 5 de enero de 2014

Viaje a Torreciudad, en Huesca

Bruma sobre el pantano de Yesa, de camino hacia El Grado.

He tenido la suerte de estar unos días en la provincia de Huesca, visitando el Santuario de Torreciudad.

Unos días inolvidables y algunas imágenes que quedan para el recuerdo, aunque se traten tan sólo del entorno que lo rodea.

Las imágenes están tomadas con el móvil, de ahí alguna imagen un tanto quemada. Pero para hacerse una idea del lugar, funcionan.

La torre de señales

Y junto a ella la antigua ermita, restaurada


El nombre del Santuario y de la Virgen que lo preside, viene precisamente de la Torre de vigía junto a la ermita. Pues guardaba la ciudad, "Torreciudad".

Las imágenes del pantano de "El Grado" resultan espectaculares sin mucho esfuerzo, pues te topas con nubes bajas con relativa frecuencia.






Llama la atención la afluencia constante de visitantes, de peregrinos de todas las lenguas y de toda condición. Realmente es un paraje que invita al recogimiento y a  la meditación.

El santuario, en el ladrillo propio de la zona, resulta elegante y artístico.
 
Me queda pendiente intentar coincidir con alguna de las jornadas de conciertos de órgano.  Su belleza y sonoridad, tanto de flautados como de tuttis, invita al visitante a permanecer -eso sí, abrigado- en el interior del templo.

Un Via Crucis en azulejos del pintor Alzuet desafía al peregrino, que asciende entre árboles y barrancos hasta llegar de nuevo a la explanada inicial.
Hay que vivir la experiencia para entenderlo. Un saludo.
Apunta, a la derecha del azulejo de Alzuet, el santuario.
Desde lo alto del monte el pantano es un espejo.

viernes, 3 de enero de 2014

De paseo por Logroño

Calle Laurel, calle de pinchos y tapas
Recién comenzado el año hice viaje rápido a Logroño. Con parada en la calle Laurel, famosa por sus pinchos y tapas.  Aunque al final acabáramos comiendo una "sartenada" junto a la plaza de la catedral...

No sólo tiene un encanto especial pasear por este calle o callejón -que bien estrecho es-, sino afinar el olfato y aguzar la vista a medida que se pasa entre tascas, bodeguillas y restaurantes.

Me quedé hipnotizada ante las fruterías, con todo su arsenal invadiendo el pavimento, y algunas personas recabando información acerca de los ajos expuestos. Como si contemplaran una obra de arte. Que eso parecían.

Junto a La Redonda
 La foto junto a la Redonda me quedó pelín inclinada, qué le vamos a hacer. Era hora de comer y yo como siempre, intentando sacar fotos de algo que pueda intentar pintar más tarde.

Antes de volver al coche, inmortalicé las puertas escaparate de una antigua óptica, con todo su encanto añejo.
Cerca del Espolón...