Como cantaba Chaplin en Candilejas, de modo genial y emocionante, "Spring is here, birds are calling..."
Otra cosa es el tiempo tan inestable con que comienza siempre la primavera, al menos por estas tierras.
Los cerezos en flor y la nieve inesperada. Pero, sobre todo, el cambio de horario... Hoy irremediablemente se avanzará el reloj una hora más y creemos que con ello el país ahorrará energía.
Mi experiencia es que la energía personal, que es con la que uno convive a diario al levantarse, nunca será la misma. Y es que -es un secreto a voces-, a medida que uno envejece, como que se consume más hasta que el cuerpo decide por fin aclimatarse.
Por de pronto, tras una breve pero molesta ciclogénesis que parecía querer arrancar hasta los cerezos, parece que el cielo se ha acostumbrado al gris del invierno y ya tenemos una mansa lluvia primaveral.
Aprovecho para compartir estas bonitas fotografías. Es increíble la belleza que puedes encontrar en las flores silvestres, hasta en las más humildes.
Dicen que es porque tengo una cámara buena en el móvil, pero el truco consiste más bien en saber mirar y en agacharse... Digo yo.
Estas hojas de rosal, tras una lluvia torrencial, me sorprendieron con media docena de gotas en hilera de esas que parecen como preparadas de antemano. Pero no, así estaban y así se las muestro. Un saludo.
Esto no tiene nada de montaje, iba yo tan ricamente en el metro hacia mi casa cuando me di cuenta de que el cristal de la ventana hacía un efecto curioso o es que simplemente estábamos a punto de despegar sin previo aviso. Vi cómo se ondulaban las vías y pude sacar una foto rápida, sin ningún tipo de efecto añadido pero lamentablemente, con baja resolución. Y esto es lo que quería compartir hoy con ustedes, el efecto ondulado de las vías. Gracias a Dios me pude bajar enseguida sin problemas añadidos. Luego me dí cuenta de que había un cartel con cámara de fotos tachada. En fin, era un móvil. 
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