viernes, 26 de enero de 2018

Botanic Garden in Dublin, aperitivo

 
Estas son otras flores en todo su esplendor. Hasta la seca, ¿no les parece?
 Aunque se pudieran creer algo asilvestradas, en realidad no lo son.  Están lo más cerca que pueden de la entrada al Botanical Garden de Dublín. Pero no porque quieran escapar, claro. Forman parte de un estudiado paisaje y disfrutan de un espacio soleado maravilloso. Eso sí, están ahí a la intemperie. Aunque sea una intemperie bonita. 

Otras lucen y crecen más abrigadas en el invernadero. O greenhouse, supongo.
Allí me encontré con todas hace unos meses y también con una joven científica india, de nombre impronunciable, con más consonantes que vocales. 
Acababa de participar en un  congreso de la universidad, pero su ilusión es encontrar un trabajo en Irlanda relacionado con sus amadas plantas... Allá dejó su currículo de botánica experta.

Me "acompañó" desde el momento en que decidí compartir una banana con ella -es vegetariana- y tuve que mostrar entusiasmo inagotable mientras inmortalizábamos durante dos largas horas las plantas en todas los ángulos imaginables.
 Disfruté, qué duda cabe. Pero demasiado intensamente.
Otro día más. It's a must!

Me gusta la florecilla violeta, quería salir en la foto a toda costa. Y lo logró.

viernes, 19 de enero de 2018

A falta de lienzo, vale un zapato

¿Cuac?
Esto de llevar el móvil siempre a punto consigue que registre algunos pequeños detalles curiosos de aquellos que te sorprenden brevemente y te arrancan una sonrisa.

Es el caso de un comercio en Bilbao, no precisamente de zapatos.

El célebre adoquinado de la city queda inmortalizado en el reflejo del cristal... 

Un modo simpático de reciclar el calzado o de aprovechar aquel zapato disparejo que nadie sabe de dónde ha salido ni de quién es su propietario. Un poquito de papel encolado, zis zas, imprimación... y allá queda el asunto inmortalizado para una segunda vida, aunque no sea tan larga como la de otras obras de arte.