Lo difícil que es conducir silla de ruedas...

Sé que suena a topicazo, pero no hay como experimentar una dificultad, para volverse más comprensiva con aquellos que se quejan.
Y es que el otro día quise acercar a una persona, en silla de ruedas, a una zona del municipio donde reside. Lo que parecía cuestión de minutos acabó en una aventura más larga. Eso sí, llegamos a tiempo para su cita.

Como era un fin de semana soleado, la mitad de la población chiquiteaba -tomaba un vinito o lo que les apeteciese- en mitad de las aceras, charlando animadamente. "Perdón, ¿me permite? por favor.. gracias...."

Llegamos a la primera cuesta, al menos era hacia abajo. Pero una bonita barandilla alertaba del socavón que estaba pendiente de arreglo. No en vano era día festivo.

Cruzamos el paso de cebra pero, en la zona donde la acera estaba rebajada, se encontraba otro grupo de gente charlando igual de animadamente que los otros. Uno del grupo, con muletas, me advirtió que en mi maniobra iba a acabar con la rueda en una rejilla del suelo. Le señalé que la única zona con acera accesible era donde él estaba charlando desde hacía un ratito... Vale, me dejó pasar.

Cuesta arriba más tarde. Giro a la derecha para bajar la acera pero... una pata de andamio exactamente en el medio. Salto para esquivar.  Seguimos subiendo. La acera se estrecha. Amablemente me ceden el paso por la zona donde algún perrillo ha hecho sus necesidades sin que lo advirtiese su dueño-dueña.

Mi GPS mental: tuerza ahora a la derecha. EL objetivo se encuentra a 50 metros. Aún tuve que pasar, casi rozando, por un estrecho pasillo mientras quienes estaban sentados me animaban: pasa, pasa, que cabes.

Lo que sí que se me ha desarrollado es la vista: al menos soy ahora una persona que advierte a estos personajes aparentemente invisibles para el resto de ciudadanos. Es más difícil maniobrar en silla que el que una persona dé un paso y se aparte. Si alguna vez he hecho desesperar a alguien en silla de ruedas, le pido de corazón mil perdones. Y vaya de paso toda mi solidaridad.

Tertulias callejeras

Cascante

Estos días de invierno, tan demasiado invernales, fomentan poco la tertulieta callejera improvisada. Quién más quién menos se saluda con algún monosílabo rápido, como de paso, para no congelar la laringe.

Por eso me llamó la atención la disposición de estos bancos en la plaza de una iglesia en la Ribera navarra. Esto sí que anima al intercambio de ideas.

Por una pizquilla de curiosidad, he buscado y encontrado la etimología de la palabra tertulia en "Hispanoteca" http://www.hispanoteca.eu . Dice tal que así: " Se suele asociar con Tertuliano de Cartago (Quinto Septimio Florencio Tertuliano), famoso Padre de la Iglesia del siglo III, orador y apologeta con gran dominio de la retórica en su forma de argumentar". Afirma también que a este orador se le llamaba "Tre Tullius, el que vale tres veces como Tulio (se refiere al famoso orador romano Marco Tulio Cicerón).

Por lo visto en el siglo XVII se leía a Tertuliano y otros retóricos para aprender a conversar y argumentar en los salones. Comenzó a llamarse tertulianos, bajo el reinado de Felipe IV,  a quienes se reunían de esta guisa, pasando a llamarse "tertulias" a dichos encuentros.

Señala también Hispanoteca -se admite la sonrisa-: "la tertulia es ya una institución española, como la 'siesta', etc."

   En Inglaterra, al menos por lo que yo he oído, a 'hacer tertulia' le llaman "to get together". Dice Reverso: The term tertulia is used for groups of people who meet informally on a regular basis to chat about current affairs, the Arts, etc and is also used to refer to the gathering itself. In early 20th Century Spain, tertulias literarias were much in vogue, and critics and writers would meet to discuss the literary issues of the day in places such as the famous Café Gijón. In more recent times, the term has been used to refer to the highly organized PR platforms in which writers of the moment engage in round-table discussions to promote their latest work.  

O let's have a siesta, para variar ;)