martes, 26 de abril de 2016

The orquid fair in Glasgow, long time ago


 No contaba con que la humedad y el calor del ambiente iban a sobre calentar la cámara de fotos, pero me dio tiempo a inmortalizar tantas flores que uno de los jueces me preguntó si era profesional de la fotografía...

  Ya pensaba que iba a pedirme que borrara las imágenes pero no, cuando le expliqué que era turista y que pensaba plasmarlas en acuarela -cuando supiera hacerlo, claro- pues comenzamos a charlar sobre España. Su hija estaba allí de vacaciones pero comentaba que estaba nevando.
Y yo en Escocia a 35º pero vestida de pana y lanas. El mundo al revés.



 La entrada a la feria. Hay que decir que el jurado tuvo difícil elegir las mejores. Digo yo.



And the winner is...



sábado, 23 de abril de 2016

Jardín botánico de Glasgow

En el parque
Una excursión al Jardín botánico, situado junto a un precioso parque, me dio la posibilidad de contemplar un concurso de orquídeas, a cual más bella.

Pero de la "orquid fair" colocaré fotos en otra entrada, para no alargar esta entrada.

Que ustedes lo pasen bien.

Una ardilla gris, más que desinhibida y desenvuelta.

Era primavera
La "exposición permanente", como dirían en el Guggenheim, era una sección de plantas carnívoras en miniatura. Gracias a Dios, claro.


Yo diría que parecen de estilo modernista

martes, 19 de abril de 2016

Repasando inglés

Da la casualidad de que dentro de unos meses viajaré a Irlanda, cosa que resulta fascinante y todo un reto para mi memoria, cada vez más llena de agujeros, parece.
Por de pronto, por aquello de hacer el oído, o to brush up my English, me he puesto a buscar todos los audio books que escuchaba hace años. Y así, buscando, me he encontrado algunas fotos de mi primer viaje a Escocia. Estamos en primavera y nada como leer este bonito cartel tallado en piedra, en un Victorian Garden cercano a donde me alojaba.

El autor anónimo era más que poeta. 

Allí hacer fotos bonitas carece de mérito. Todo está colocado, plantado o sembrado con especial arte y cariño.

Y, en los bancos de madera, que animan a sentarse y disfrutar de tanta belleza, algunas placas recuerdan a los seres queridos que lo hicieron antes que el turista. Otros poetas.  Bye!