sábado, 4 de abril de 2009

Va de flores y latas. De tomate.


Lo siento, no se trata de la primavera. Aprovechando el espacio del blog, que por ahora no se queja, pensaba colocar-colgar fotito de lo que me ha salido tratando de copiar unos narcisos en clase.


Como siempre, pintas primero del natural. Después te fijas en las fotos, que no tienen nada que ver y vuelves a cambiar las sombras, el tamaño. Vuelves a clase y te fijas en otra foto. Y cuando decides parar alguien te dice: huy, qué bonitas margaritas. Pero no, son lirios.


Si puedo seguir con estas clases después de
Semana Santa, acabaré este otro cuadro de latas
de tomate con aceitera y naranjas. Cuanto más ataco las naranjas, más calabazas se ponen.

Tengo mala fama de rápidez. Y esta mañana, cuando estaba haciendo una raya a pulso con otra pintora observando a corta distancia, zas, me he torcido. Y con un grito triunfal va y dice al aire: "huy, ya está, te has equivocado". Enseguida se ha acercado otra pintora vecina diciendo: "a veeeeeer". Así que, mientras no las corrija, las latas seguirán abolladas, si no están más que en proceso. Lo que era de risa fue vernos contemplar unas latas viejas de tomate con cara de anticuarios, como para calcular proporciones...
Lo mío no es el colorcito verde esmeralda -this is not my cup of tea. Bueno, no en el sentido literal, claro-, aunque la profe insista en que soy Kandinsky o Cezanne. Aún no me aclaro de quién soy realmente. Bueno sí, Machutúa. Qué cosa tan agradable. Un saludo a todísimos.

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