Hice una breve escapada en coche, por aquello de despejarse haciendo un recorrido circular de menos de dos horas. Era un día de viento y con amenaza de lluvia. Pero allá nos fuimos y valió la pena. Sobre todo por los robles centenarios que, numerados cual obra de arte, forman parte del patrimonio de la zona. Esos no me caben en esta entrada, saldrán otro día.
La vegetación, exuberante, también la de pequeño formato.
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Casa en Etayo, pueblo punto de partida... |
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Paisaje bajando desde la ermita de San Cristóbal. |
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Curiosa hoja |
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Investigaré cómo se llama. |
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