viernes, 19 de enero de 2018

A falta de lienzo, vale un zapato

¿Cuac?
Esto de llevar el móvil siempre a punto consigue que registre algunos pequeños detalles curiosos de aquellos que te sorprenden brevemente y te arrancan una sonrisa.

Es el caso de un comercio en Bilbao, no precisamente de zapatos.

El célebre adoquinado de la city queda inmortalizado en el reflejo del cristal... 

Un modo simpático de reciclar el calzado o de aprovechar aquel zapato disparejo que nadie sabe de dónde ha salido ni de quién es su propietario. Un poquito de papel encolado, zis zas, imprimación... y allá queda el asunto inmortalizado para una segunda vida, aunque no sea tan larga como la de otras obras de arte.


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