Forma parte de un conjunto de planetas con los que hice una decoración navideña que quizá os enseñe en otra entrada. La idea era que la estrella fuera blanca y reflejara la luz de neón oscuro, para que brillara en la oscuridad de la sala. Tuve que improvisar y cubrir la preciosa estrella al final con una capa de papel... ¡de folio! (una lástima), porque no reflejaba nada de nada. Al final quedó todo bastante bonito.
LA ESTRELLA LABIUDA...
Para que no pesara demasiado utilicé un molde redondo -una cesta- sabiamente protegida con papel de periódico sin encolar, para poder luego despegar el resultado. ¡Alla va! Con papel le hice los ojos, cejas nariz... lo pegué con cinta carrocera (la que usan los pintores) y me puse a darle capas de papel de periódico cortado a mano y bien impregnado de cola blanca. Se puede uno imaginar cómo tenía el taller de "limpio". Por decir taller.
La pegué con la misma cinta de papel a una cartulina previamente recortada con forma de las puntas de estrella y la cola y nuevamente comencé a pegar papeles. Para dar volumen se pueden poner trozos de plástico, bolas de papel de periódico, lo que se quiera. Siempre se puede abrir el cartón por detrás con un cutter y vaciar.
Así que más o menos la estrella ya quedó con este aspecto:
Lo que sigue ya podéis imaginarlo. Capas y más capas. Sí, y más capas. Hasta que quedó como si fuera cartón duro.
Creo que al final, después de descartar el cubrirla con papel de seda blanco encolado -es con lo que acabo las figuras habitualmente-, opté por pintarla con acrílica de acabado super-mate. Quedó preciosa pero no reflejaba la luz de neón, así que opté por la drástica solución de recurrir al papel folio. Una pena, pero en el resultado final no se aprecia.
La colgué con hilo de sedal.
Hice una foto con luz y otra sólo con el neón negro. Para que disfrutéis. Chao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario