Así pues remiro el blog y me percato de que hace más de un mes que no escribo. Imperdonable. Con la de fotos chulas que aún me quedan por compartir. Allá van dos que me resultan curiosas, tomadas en un pequeño cementerio en Cheshire (cerca de Manchester) al que me asomé extrañada de que estuviera a 100 metros de un pub en plena campiña.
El edificio que estaba en el centro era una construcción extraña con múltiples tejaditos y no pude evitar retratarlo, aunque el día no tuviera mucha luz.
Y ésta es una de las losas que lo rodeaban, claro que de las más antiguas. Iba yo con mucho cuidado evitando pisarlas, por aquello del respeto a los muertos.
Lo curioso fue que al salir de allí me topé con unos pavos reales campando a sus anchas por encima de las tumbas. A saber qué hacían allí, sin alpiste ni granja en los alrededores. Alguien comentó -en inglés, claro- que simbolizan la eternidad. Y que era bonito -nice- que estuvieran allí. No es como para quedarse tranquilo, ¿verdad?
Allá va la foto de marras de los dos pavos ingleses que ni tan siquiera se inmutaron ante la cámara, como si la propiedad fuera suya.
¡Pobres muertos!
Aunque lo mismo estaban encantados, tal amor tienen allí por los animales...
See you!
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