sábado, 25 de julio de 2015

Tonterías



Esta noche me desperté con el zumbido de un mosquito trompetero en la oreja.  Insistía el muy pelma, así que hice un parón en el intento de conciliar el sueño -de ¿reconciliar? ni que estuviera enfadado el sueño conmigo- y encendí la luz con ánimo mosquiticida.

No había rastro de mosquito, pero sí cinco mensajes en el móvil nuevo, vibrando de a poquitos.
No sabe aún el teléfono que se libró de un buen golpe de chiripa...

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