No se trata de ninguna jota, tampoco del "Pobre de mí". Pero me he topado con esta foto que saqué un día, a la salida de la Escuela de Idiomas y, aunque reconozco errores de composición, me gusta el batiburrillo de casas de colores.
Podría cantar, aunque por lo bajines, aquello de "Adiós Pamplona, Pamplona de mi querer mi querer" aunque tengo que desdramatizar, para ser realista. Volveré dentro de nada.
El sol brilla en el magnolio que me mira desde hace un rato por la ventana y, esta mañana temprano, he sorprendido bajo el cedro azul a un pájaro de patas increíblemente rojas que ponía cara de circunstancias. Cómo diría yo... intentando pasar desapercibido sin lograrlo. Pero se libró de la foto.
lunes, 20 de julio de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario