domingo, 15 de noviembre de 2015

Desvelado el ensortijamiento del cielo...

Entrando hacia la Plaza del Castillo en Pamplona

Pues sí, no colgaban del cielo, aunque me lo pareciera de refilón. Aún así, nadie podrá discutir que tenían su gracia.

Parecen unos zarcillos de la India. O un atrapa-sueños. O una piñata. O unos monóculos con botellas floridas.

Al menos rompen la monotonía de lo cotidiano, por aquello de su efecto sorpresa. Qué duda cabe, hay que saber mirar para ver.

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