En fin, lo que sí toqué, con más cara que vergüenza, fue el piano de cola blanco que está en uno de los salones de la casa Ahora se utiliza para dar banquetes y pude visitarlo antes de que llegaran los novios, que lo tenían reservado.
Así doy testimonio de lo mal que toco el piano. Sobre todo cuando alguien se pone a filmarme... Ah, sale un Teddy bear que aparecía por todas las esquinas por aquello de que alguien estaba escribiendo un cuaderno de viajes del tal peluche para los niños a quienes daba clase en un colegio.
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