Me pareció una imagen ciertamente insólita de lo que, un pastor de Arocena, llamaba "el perriyo del museo de Bilbao".
No para los bilbaínos, que ya están acostumbrados a esas dos sesiones al año en las que se pone a punto a Puppy, el "guardián" del Museo Guggenheim.
Aprovechando el tiempo "muerto" antes de una cita, me acerqué a la ría para tratar de hacer alguna foto de reflejos...
La araña estaba muy solicitada por todo tipo de turistas. Parece que custodia la zona trasera. Pero no inspira ningún terror a los que pasean.
Hasta que un día se ponga a andar y entonces ya veremos.
Y en lo que parecían ventanas me encontré con el cielo y la universidad de Deusto, posando tranquilamente desde el otro lado del cauce.
En esta escultura se inmortaliza el paisaje más de una docena de veces. No las conté. |
Hasta otro día... El trabajador de la derecha -oculto entre las flores- saludaba para salir en la foto. No me dí cuenta y volvió al trabajo.. |
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