martes, 17 de agosto de 2010

Cantabria tracatrá

Cantabria infinita, reza tal que así el folleto de promoción de actividades en la zona.

Por de pronto quería compartir dos rinconcillos bonitos en los que he estado recientemente: un callejón en Laredo, donde probablemente pasó Carlos V de camino a Yuste -no hago más que encontrar lápidas en las que aluden al paso del monarca por la zona- y después una imagen de la ermita de las Nieves.

Hace años esta última excursión la habría hecho andando, sin omitir los 7 kilómetros de asfalto. En total hubieran sido 24 km ida y vuelta, pero no, me he acercado hasta la pista de monte.

Vale, tan sólo diez kilómetros gloriosos de subida y bajada, pero valió la pena. Y si no, compruebe quien quiera a tenor de las imágenes.

A lo mejor me estoy perdiendo actividades más originales, como me escribía un pariente que se va de vacaciones a un pueblo del interior de esta comunidad: en el programa de actividades lúdicas se anuncia por la tarde a "el cerdo mutante". No se sabe si es una errata o un cerdo con cualidades extraordinarias. Saldré de dudas en una semana. Mientras tanto, saludillo veraniego.


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