Cerca del Museo de la Historia me topé con las ruinas de esta iglesia enorme, que me recordó a la que está en St. Andrews, junto a Saint Mary. No deja de impresionar el tamaño de la desaparecida nave.
El caso es que poco después seguí paseando por los jardines anexos y me topé con esta curiosa manera de aprovechar los restos arqueológicos: trozos de arcadas y columnas servían para contener maceteros de flores. Al menos los sarcófagos estaban exentos de greenery.
No sé qué opinar: si no valoran allí los restos por su origen religioso o si, más bien, es un intento de reciclar a toda costa lo que se tiene a mano. Creo que nos estamos volviendo un poco locos...
Detalle de los "tiestos" |
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