
Estamos rodeados de gente terriblemente buena, que nos recuerda la alegría del dar sin esperar nada a cambio.
Pido a los Reyes Magos que me traigan, aunque sólo sea un poquito de esa virtud, que puede pasar inadvertida, pero recompensa con tantas alegrías.
Pido a los Reyes Magos que me traigan, aunque sólo sea un poquito de esa virtud, que puede pasar inadvertida, pero recompensa con tantas alegrías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario