Reconozco que me resistí a disfrazarme con más prendas, así que el vaquerillo no congeniaba mucho con la imagen de gobernanta, o como quiera que se llamase, del castillo Chirk en Gales. El manojo de llaves, el gorro y la tetera estaban muy bien. No sé si sacudían entonces las alfombras con el artilugio de paja, al menos ese era bien moderno. El sombrero me dio cierta aprensión, pero la superé.
Escribo esto por la tontería de que me acordé hace unos días de la anécdota que me contó una inglesa, profesora de universidad, a la que por supuesto doy todo el crédito del mundo. De todas formas puedo equivocarme al citarla de memoria.
Por lo visto se preparaban en Gran Bretaña -quizá era entonces Inglaterra- para recibir a la emperatriz de Francia. Las tropas tenían que aclamarla a su llegada recibiéndola con un Vive l'imperatrice!"
Pero todos los esfuerzos resultaban inútiles. Hasta que alguien tuvo la feliz idea de hacerles gritar, con entusiasmo: "Beef, lamb, beer and cheese". O sea, buey, cordero, cerveza y queso. Debió de sonar estupendamente. ¡Me encanta el humor inglés!
martes, 5 de febrero de 2013
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