No sé por qué, pero cada vez me gustan más los troncos de los árboles. Por lo general, siempre que veo alguno que me gusta, por el contraste de colores, su rugosidad, su tamaño... me he dejado la cámara en casa.
Estas son algunas excepciones. Espero que las disfruten. A mí me transmiten paz, debe de ser por el ruido habitual en el trabajo: sales al campo y parece que el tiempo se detiene. Un saludo.
miércoles, 13 de febrero de 2013
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