

Viajar en autobús no es lo más oportuno para obtener fotografías de calidad con un móvil malo. Pero el paisaje mañanero me sacudió las ganas de pintar y, a sabiendas de lo inevitable de los reflejos en el cristal, tomé algunas imágenes para la posteridad. Que comparto, por si a alguien le estimula también el gusanillo de la pintura.
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Me encantan los surcos... |
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