martes, 7 de enero de 2014

Volviendo a Navarra desde Huesca

Viajar en autobús no es lo más oportuno para obtener fotografías de calidad con un móvil malo. Pero el paisaje mañanero me sacudió las ganas de pintar y, a sabiendas de lo inevitable de los reflejos en el cristal, tomé algunas imágenes para la posteridad. Que comparto, por si a alguien le estimula también el gusanillo de la pintura.

Me encantan los surcos...


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