Plaza del Castillo, la nuit |
Ciertamente es de lo más cambiante a lo largo de la jornada. Aunque para mí existen unas reglas invariables: si llevo botas de agua y paraguas, jamás lloverá.
Si, por el contrario, voy desprotegida para el agua, caerá una tromba de muy señor mío.
No me consoló ver que hay otras personas que se pasan de previsoras, como la de la foto, con dos paraguas. Tentada estuve de pedírselo, por solidaridad. Pero no están los tiempos para ir perdiendo paraguas ni dinero.
Ah sí, todo esto venía a que atravieso la plaza del Castillo cuando salgo de clase de francés. Llevamos unas semanas en las que parece que hay que sobre-estimular a los alumnos para que se percaten de la inminente llegada de los exámenes finales en la Escuela de Idiomas. Vale, ya lo sabíamos. Ya estamos totalmente estresados. Queremos hacerlo bien. Pero a veces la dificultad no estriba simplemente en no dominar las técnicas o la gramática. Es que a veces los temas que te sugieren, con una sonrisa o sin ella, se las traen.
Paris, mon amour |
Aprendes a hablar del ecoturismo, la sostenibilidad, los viajes, la educación... Y a no perder la capacidad de sorpresa: ¿sabes lo que le preguntaron a uno el año pasado? ¡zas! Y si no sabes nada de los deportes de riesgo o de quién cuida a los cuidadores -los 2 minutos se transforman en segundos- pues la has palmado. Así de simple. A no ser que uno aprenda de memoria alguna estructura que sirva de tabla de salvación para cualquier tema, así como posibles referencias a temas más conocidos. Algo así como un: "si, qué tema tan interesante y apropiado para reflexionar hoy, esto me recuerda a lo que solía decir mi abuela acerca de"...
Creo que, como no está publicado, lo mismo escribo un mini-manual para "angustiados por el examen". Por supuesto, "avec corrigés". Au revoir!
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