lunes, 8 de febrero de 2016
Aracena tiene un algo especial
Así, como quien no quiere la cosa, tuve la magnífica oportunidad de disfrutar de unas vacaciones en Aracena, provincia de Huelva.
La primera impresión, al ver el color del cielo nublado y el musgo por doquier, fue la de haberme trasladado a un pueblo blanco pero del norte de Navarra. "Ná que ver", como dirían los paisanos.
Y es cierto. Creo que quienes me acompañaban estaban alucinados por mi afán de fotografiar los alcornoques, árboles que encuentro de una personalidad extraordinaria. Y así, a la chita callando, no sé cuántas tengo disponibles en la mochila. Con intención de pintar, desde luego.
Estas imágenes son de los primeros días -tuve que comprar allí un gorro de lluvia- subiendo al castillo que corona la cima del monte. Otro día cuento más. Por ahora, foto de casas blancas y la última curva en la subida al castillo. No fui en coche, ese gris era de algún turista a ruedas..
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2 comentarios:
Como te cuidas, como quien no quiere la cosa, dices!
Conozco Arocena, me gustó mucho también.
Bueno, es que fue todo un tanto imprevisto, pero genial. Y no digo nada de los pueblos de alrededor y el carácter alegre de los andaluces... No digo, porque ya diré: tengo unas fotografías geniales que iré presentando. A ver si reconoces alguna otra!
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