Claro, como no se ven, puede uno llevarlos a la oficina y reirse pensando que es algo transgresor con el estilo imperante. Aunque no lo parezca.
Anunciaban que era para poder emparejarlos más fácilmente después del lavado y secado. Se me ocurre que es también un detalle disuasorio para el que sienta la tentación de ventilar los pies acalorados, quitándose subrepticiamente los zapatos.
Estuve tentada de coger algún par, pero si no era el paquetillo de siete no tenía gracia, así que decidí con gran pena sacar sólo una fotografía de ellos. Lo mismo están en todas partes y yo no me había enterado.
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