miércoles, 5 de agosto de 2009

De visita con la National Trust


Heme aquí delante de una de las bonitas casas-palacio-castillo que cuida la National Trust en Inglaterra. Hardswick se caracteriza por tener maravillosamente bien conservados-restaurados todo tipo de reposteros bordados en seda. Una auténtica joya. Que, dentro de mi pequeñez, me recordaban a los de los salones de la casa de mi abuela.
Lo único desconcertante es que a lo largo de los años fueron cambiando los cuadros -lienzos- de un marco a otro, sin importarles lo que dijera la placa adosada, y así el resultado podía ser: "María Tudor en X" y lo que veías era una escena mitológica. De acuerdo, podría tratarse de María Tudor disfrazada de algo o haciendo teatro. Es una curiosidad simpática. Porque en el fondo siempre aprendes algo. No sé la cara que ponía -intentaba una lo más neutra posible- pero a pesar de mi silencio un guía me identificó como española. Cosas.
En un momento de la visita me acerqué a un retrato que estaba muy bien conseguido y enseguida uno de los 'volunteer' se sintió en la obligación de explicarme que, aunque la placa dijera que se trataba del archiduque Theobald, no era tal sino el hijo segundo de la prima de... Y yo con cara de sorpresa: oh, mmm, ¿cierto? estaba precisamente pensando... I was wondering. Y el tipo excusándose: "no, para su conocimiento".
En una de las habitaciones, explicaban cómo se preservaban los tejidos de las plagas de insectos. Tres señoras con un mini aspirador y unas trampas para que se quedaran pegados. Acordándome de la plaga de polillas que tiene a bien vivir instalada en casa de mis padres, se me ocurrió preguntarles cómo hacían para eliminarlas.
Enseguida el grupillo de turistas fue aumentando, esperando un comentario ilustrador acerca de algo vital e importante, e hicimos corrillo alrededor del aspirador.

Oh, pero ante pregunta peligrosa, respuesta diplomática: allí no "matan" a los animalitos: les disuaden de entrar ventilando todo muy bien y haciendo que haya mucha luz -digo yo, ni que las polillas fueran murciélagos-. A las que se pegaban en la trampa las echaban enseguida al exterior sin dañarlas. Ja, no me lo creí. Pero claro, te pones en su lugar y a lo mejor te está interrogando una ecologista con ánimo de denunciarte por maltrato de polillas.

En el jardín estaba esta estatua de una señora pintando y se me ocurrió fotografiarla para luego copiar la pose.

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