jueves, 4 de febrero de 2010

Capricho de la naturaleza

Me encontré con esta planta por casualidad, al borde de un camino en el monte, en un día bastante frio. Si hubiera sido mi madre, la habría recogido y dado hogar pero se veía tan lozana allí, a la intemperie, que no se me ocurrió moverla de su sitio.

Lástima que se aprecie tan poco en la imagen, pero me pareció estar cubierta de rocío, tan carnosa ella y tan verdi-blanquecina. De lo que si estoy segura es de que no es una lechuga. Aunque quizá se coma...

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