Ayer me topé con este reto y cuelgo lo que me salió después de tres horillas dándole a la pintura y disfrutando.
El bolso al principio me quedó como si fuera una toalla arrugada. No sabía si era un bolso viejo escogido ad hoc para la ocasión de la pintura... Pero la dueña se acercó para sacar la cartera a la hora de la pausa con cafecito. Por eso el bolso se quedó al final de frente, en vez de estar de perfil.
Nadie cogió el super plato para tomarse una media mañana. Yo sólo llevé un par de naranjas medio chunguillas, que al final no fueron retratadas.
Me hace ilusión que, dentro de dos semanas, iremos a pintar al aire libre a unas bodegas de la zona. El paisaje debe de ser espectacular, así que veremos qué se puede reconocer con nuestra "pintura rápida".
Lo que sí será un espectáculo es lo de ver a treinta personas pintando con sus caballetes. Luego se visitará la bodega...
¡Que no me toque conducir!
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