jueves, 22 de noviembre de 2012

Los milagros también ocurren


No suelo escribir acerca de asuntos personales, pero esta vez los protagonistas se merecen un homenaje: mis padres. El caballero, que es con quien tanto cariño escucha cómo lee mi madre un cuento -el mismo cuento, el de todos los días a casi todas horas, pues tiene la enfermedad de Alzheimer y a pesar de ello nos emociona con su "Fray Perico y su borrico"-, ha salido milagrosamente de un ictus y esperamos que pronto esté de vuelta en casa.

La calidad del vídeo es mala, pero a pesar de la franja verde, se atisba el cariño grande que se tienen.

Por un cúmulo de providencialidades, que más tienen que ver con una caricia de Dios que con la casualidad, pudimos actuar con absoluta diligencia, en medio del susto y la conmoción. Después ha salido adelante con el apoyo y la oración de tanta gente que le quiere. Y desde aquí les doy las gracias a todos.

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