Ermita de San Telmo en Zumaya |
Me hizo gracia que, al pintar sobre una tabla imprimada por mi padre -con su textura rugosa, con sus ligeras humedades del garaje-, me encontré con que las mezclas de colores salieron muy similares a las que él utilizaba.
Por otra parte hice varios estudios de lo que quiero pintar el día del concurso, si es que no se anula por el mal tiempo. Y es una caseta que hay en un campo junto a Olza, que siempre me enamora. Debe de ser de aperos, por lo pequeña, pero estaba ahora en un entorno de trigo, cebada y colza que componía un paisaje brillante de color. Y eso es lo que, Dios mediante, espero plasmar en el lienzo.
Me dicen que el dueño quiere cortar los árboles que la rodean, pues deben dificultar su trabajo. Creo que perdería toda la gracia el paisaje. No creo que me lea, así que veremos en qué termina todo. Un saludo.
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