Inicialmente me había fijado en los colores de la pared. Dos días más tarde me llamó la atención que los obreros desenterraran con una espátula, un cepillo de barrer y sumo cuidado, las piedras de los cimientos.
Oye que hay mucho mirón... ¿qué hago? |
A menos de un metro de profundidad han ido apareciendo muros de piedra y hasta un arco. Cada vez que se inicia una obra en esta bendita ciudad, se paraliza por encontrar restos arqueológicos: medievales, romanos, árabes... A ver si el periódico da alguna pista un día. Si no, cuando recomience las clases, le hago una entrevista a los arqueólogos.
Han pasado ya unas semanas de esta entrada y, lo que se aprecia en la segunda fotografía, ha pasado ya a la historia. Primero fui testigo de la labor destructora de una pala excavadora que levantó todos los bloques y piedras. A continuación levantaron la valla y la taparon con plásticos de color, para evitar tanto mirón. Y ahora vuelve a estar a la vista: han excavado varios metros sin ningún pudor, con ánimo de sentar cimientos de categoría. Digo yo. Lo que no se sabe es si han encontrado o no el mamut...
Un saludo!
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