viernes, 22 de abril de 2011

Más de Covadonga


La Santina, presidiendo desde la montaña

 Me ha sabido a poco la entrada sobre la excursión a Covadonga y quedaban en el tintero algunas imágenes entrañables que quería compartir con quienes abren este blog. En la gruta de la Virgen se reza de una manera especial. Me sorprendió gratamente tanta muestra de devoción por "La Santina" en grandes y pequeños. Hay sitios en los que parece que Dios escucha más y, donde la Virgen se ha aparecido, se respira un ambiente de especial cordialidad.

Una imagen de la gruta a cierta distancia...


Impresionan las montañas que rodean la zona y cuesta poco imaginar a don Pelayo y sus huestes.
El paisaje -es primavera- aparece más verde que nunca y el ruido de fondo es el de la cascada que cae debajo de la gruta junto a la fuente de los siete caños. Dicen que si bebes de los siete te casas en el año. Mucha gente bebiendo. En fin.
Siguiendo esa fuente de agua se pasea por los jardines del príncipe, un recorrido fluvial que vale la pena, aunque luego hayas de volver subiendo escaleras y más escaleras.
Escaleras, más escaleras... Y en un rincón esta casa de ejercicios.
Lamentablemente, no subí a los lagos (a 12 km. del lugar) pues creía que sólo se permite el acceso a vehículos autorizados y estos lo hacen para estancias de tan sólo 45 minutos. El negocio es el negocio.  Resulta que la carretera es tan estrecha y la pendiente tan pronunciada, que al coger las curvas alguna rueda puede quedar en el aire. Lo increible es que las vacas puedan mantenerse en pie -en patas- sobre ese cortado. Digo yo si practicarán Pilates...

El regreso se hizo corto y Cantabria volvió a recibirnos con su re-sol y cielo cubierto. Así se explica tanta flor y tanto árbol enorme. Seguiremos...

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