Desde el ciruelo... |
Por de pronto la monotonía de lo tan cotidiano, tal como acudir a clases de idiomasen el centro de la ciudad, puede convertirse en un paseo placentero, dadas las temperaturas tan agradables y la actuación elocuente de la manida primavera.
Para empezar, saqué ayer esta foto desde un ciruelo y añado sin exagerar que jugándome la vida, pues el zumbido de las abejas -a saber si eran abejorros o avispas africanas, que de todo se ve- consiguió que avanzara por ese especie de pasillo entre castaños a ritmo de marcha o galope.
La Plaza del Castillo en Pamplona por la tarde |
El último tramo del recorrido pasa por esta Plaza del Castillo, no tuve que esperar a que llegara la nube, más bien paré en mitad de carrera porque llegaba ya con retraso considerable a clase, tanto contemplar la naturaleza... y sin hacer los deberes.
Dentro de unos días viajaré hasta Cantabria, en el norte de España. Espero hacer acopio allí de fuerzas, olor a mar, a montaña y, de paso, bonitas instantáneas que pueda compartir.
Un saludo.
Un saludo.
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