Mía pero por poco tiempo, ya que en breve tendré que hacer de nuevo la mudanza.
Menos mal que ahora estoy en forma con Pilates. Y sin la ayuda del genial Mister Animator de feliz memoria, un entrenador americano de gimnasia que era incombustible -el vídeo lo tenía una amiga inglesa para los días de lluvia- y al que me empeñaba en llamar Mister Motivator. O quizá fuera al revés, no me acuerdo. Con sonrisa enorme, cara de "no me cuesta nada", gritando al ritmo de los ejercicios: "We say yeah" y toda la gente, sudando, gritaba con emoción: ¡YEAH!; "We say uh!"; todos "¡UH!" y así sucesivamente. Agotador.
A lo que iba, que no deja de sorprenderme la belleza de este cielo. Y no es que me pase el día mirándolo en babia, pero de vez en cuando caigo en la tentación de capturar el aspecto caprichoso del firmamento.
Erase una vez una ventana |
Miras a través de la ventana y te encuentras un universo. Supongo que también ocurrirá al revés. Gracias a Dios que a nadie se le ocurre hacerme fotos desde el campo. Y que los pájaros por ahora no hablan.
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