Cerca de la playa de Arrigunaga, junto a las pistas de los skaters, lucían estas farolas enormes con el adorno de unas playeras. No conozco la historia, supongo que alguna apuesta o tal vez una promesa. A saber... Lo mismo estaban llenas de arena. Me entero de que son una señal de venta de droga. ¡Lo que se aprende!
A la derecha un senderillo en la hierba llevaba directo a la zona del molino de Aixerrota, en el acantilado de la Galea. Una maravilla, sobre todo al atardecer.
Me acerqué a media tarde al acantilado, antesdeayer, y saqué dos fotos rápidas del sol, los nubarrones y un par de veleros que habían aprovechado la temperatura casi veraniega para salir a mar abierto. Como si fuera una turista cualquiera. Resultó una delicia. Lástima que el restaurante del molino lleve unos días cerrado.
C'est joli, n'est pas? |
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