martes, 14 de junio de 2011

Acherito tracatrá

 Se supone que al llegar a esta señal llevábamos ya como una hora de subida. Eso sí, no se tenían en cuenta las paradas que pueden hacerse a cada rato: valen la pena para contemplar el espectáculo y -por si acaso- a las ariscas vacas pirenaicas, algo susceptibles con tanto movimiento y foto.


El ibón del Acherito, sin nieve ¡estamos en junio!

Subido ya el desnivel de unos 700 metros, la excursión se transformó en un agradable paseo hasta el lago con aguas heladas. Estupendas para los pies cansados.  Eso sí, ni imaginar el estar allí en solitario. Por si el esfuerzo nos hubiera parecido algo reseñable, nada para la humildad como saludar a tanta familia con niños pequeños que trotaban como si nada de vuelta ya hacia el punto de partida.

Fue una experiencia magnífica que culminó con una breve visita a Jaca y, de allí, regreso a Navarra.

Panorámica de los alrededores

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